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Masacre y traición en Vista Verde; una novela de Haghenbeck
CULTURA | | 2022-06-10 | Agencias
Océano publicó Morir matando, obra que retoma el asesinato de 19 personas en una fiesta infantil
Durante una fiesta infantil en un fraccionamiento de la colonia Vista Verde, en Jalisco, un grupo de hombres armados irrumpe y asesina a 19 personas, en lo que será conocido como La masacre de la Piñata. Aquel día sólo sobrevive una niña, quien será protegida por un sicario, y que será clave para descubrir un mundo de empresarios sin escrúpulos, asesinos, lavadores de dinero y funcionarios coludidos.
Bajo esa secuencia se desarrolla la novela póstuma de Francisco G. Haghenbeck (1965-2021), fallecido el 4 de abril del año pasado, presentada como su relato más hiperrealista y crudo del México actual.
En entrevista Pablo Martínez, editor del sello Océano, comenta cómo llegó esta novela a sus manos. “Varios meses después de que Paco falleciera recibimos una llamada de su agente literario, quien nos comentó que su viuda, Lillyan Funes, al revisar su archivo, había encontrado el borrador que Paco dejó.
“En esa narración, Paco comenta en la nota final del libro, que le había costado mucho, que volvía a ella, la abandonaba y trabajaba en otros proyectos porque no le había resultado fácil o porque la escritura no parecía tan ágil. Nos enviaron el borrador y la sorpresa fue doble”, explica Martínez.
La primera fue el descubrir que estaba terminada y que sólo tendría que ser corregida y editada como cualquier libro, y que su publicación le haría justicia tanto a Paco como a sus lectores.
“Y la segunda es que se trata de una narración distinta de lo que esperábamos, porque aborda la realidad de la violencia en el México actual, sin ser una ficción histórica ni estar cruzada con elementos sobrenaturales”, detalla.
El propio Haghenbeck declara en la nota final de su libro que recibió la influencia de El lobo solitario y su cachorro, de Kazuo Koike, uno de los creadores del manga japonés, donde se cuenta la historia de un samurái errante condenado por el shogun, que viajaba por Japón con su hijo pequeño para vengar la muerte de su esposa.
Y resume la dimensión del proyecto. “Siempre he dicho que me siento incapaz de comprender mi hoy, que me siento más a gusto en el pasado. Pero la realidad me alcanzó y debía hablar sobre ella, sobre este país que nadie entiende, pero del que todos opinan. Qué mejor que hacerlo a manera de metáfora. Una fábula violenta sobre la venganza, un sicario con problemas de clóset y una niña me sirvieron de pretexto para hablar sobre esos temas”.
Haghenbeck confiesa que en este libro los lectores no hallarán respuestas, sino preguntas y una narración para disfrutarse. Porque “los libros nos enseñan la otredad, el pensamiento de los demás. Son ventanas a mundos que no sólo no conocemos, sino que no queremos conocer. Espero que este viaje te lleve a otras visiones, y que regreses en paz, para agradecer lo que tienes con los tuyos, en un mundo donde, hace mucho, el caos se apoderó de la realidad”, sentencia en su mensaje final.
Pablo Martínez destaca de Morir matando el hecho provocador de que el protagonista y centro moral de la novela sea Damián, un asesino a sueldo que al inicio es frío y desalmado, hasta que un giro inesperado presenta a un segundo matón que persigue al protagonista y a la niña.
“Esta novela no sólo muestra el vínculo afectivo de Damián con la niña, sino que lo lleva a plantearse otra idea sobre la muerte como mecanismo cotidiano, así como la imposibilidad de conservar la inocencia de los niños y la corrupción de la sociedad”, destaca.
Y aunque el editor no recuerda que Haghenbeck haya abordado el tema de la infancia o de la inocencia en sus libros previos, acepta que en este caso nos retrata cómo hemos traicionado a los niños.
Bajo esa secuencia se desarrolla la novela póstuma de Francisco G. Haghenbeck (1965-2021), fallecido el 4 de abril del año pasado, presentada como su relato más hiperrealista y crudo del México actual.
En entrevista Pablo Martínez, editor del sello Océano, comenta cómo llegó esta novela a sus manos. “Varios meses después de que Paco falleciera recibimos una llamada de su agente literario, quien nos comentó que su viuda, Lillyan Funes, al revisar su archivo, había encontrado el borrador que Paco dejó.
“En esa narración, Paco comenta en la nota final del libro, que le había costado mucho, que volvía a ella, la abandonaba y trabajaba en otros proyectos porque no le había resultado fácil o porque la escritura no parecía tan ágil. Nos enviaron el borrador y la sorpresa fue doble”, explica Martínez.
La primera fue el descubrir que estaba terminada y que sólo tendría que ser corregida y editada como cualquier libro, y que su publicación le haría justicia tanto a Paco como a sus lectores.
“Y la segunda es que se trata de una narración distinta de lo que esperábamos, porque aborda la realidad de la violencia en el México actual, sin ser una ficción histórica ni estar cruzada con elementos sobrenaturales”, detalla.
El propio Haghenbeck declara en la nota final de su libro que recibió la influencia de El lobo solitario y su cachorro, de Kazuo Koike, uno de los creadores del manga japonés, donde se cuenta la historia de un samurái errante condenado por el shogun, que viajaba por Japón con su hijo pequeño para vengar la muerte de su esposa.
Y resume la dimensión del proyecto. “Siempre he dicho que me siento incapaz de comprender mi hoy, que me siento más a gusto en el pasado. Pero la realidad me alcanzó y debía hablar sobre ella, sobre este país que nadie entiende, pero del que todos opinan. Qué mejor que hacerlo a manera de metáfora. Una fábula violenta sobre la venganza, un sicario con problemas de clóset y una niña me sirvieron de pretexto para hablar sobre esos temas”.
Haghenbeck confiesa que en este libro los lectores no hallarán respuestas, sino preguntas y una narración para disfrutarse. Porque “los libros nos enseñan la otredad, el pensamiento de los demás. Son ventanas a mundos que no sólo no conocemos, sino que no queremos conocer. Espero que este viaje te lleve a otras visiones, y que regreses en paz, para agradecer lo que tienes con los tuyos, en un mundo donde, hace mucho, el caos se apoderó de la realidad”, sentencia en su mensaje final.
Pablo Martínez destaca de Morir matando el hecho provocador de que el protagonista y centro moral de la novela sea Damián, un asesino a sueldo que al inicio es frío y desalmado, hasta que un giro inesperado presenta a un segundo matón que persigue al protagonista y a la niña.
“Esta novela no sólo muestra el vínculo afectivo de Damián con la niña, sino que lo lleva a plantearse otra idea sobre la muerte como mecanismo cotidiano, así como la imposibilidad de conservar la inocencia de los niños y la corrupción de la sociedad”, destaca.
Y aunque el editor no recuerda que Haghenbeck haya abordado el tema de la infancia o de la inocencia en sus libros previos, acepta que en este caso nos retrata cómo hemos traicionado a los niños.
